miércoles, 1 de septiembre de 2010

EL ARTE DE SER FELIZ (Arthur Schopenhauer)

Cada uno vive en un mundo diferente, y éste resulta ser diferente según la diferencia de las cabezas; conforme a ésta puede ser pobre, insípido, llano, o bien rico, interesante y significativo. Incluso la diferencia que el destino, las circunstancias y el entorno crean en el mundo de cada uno es menos importante que la primera. Además, ésta última puede cambiar en manos del azar, la primera está irrevocablemente determinada por la naturaleza.
Por eso, para bien y para mal, es mucho menos importante lo que sucede a uno en la vida que la manera en que lo experimenta, o sea el tipo y el grado de su receptividad en cualquiera de las maneras. No es razonable que a menudo uno envidie a otro por algunos sucesos interesantes en su vida; en lugar de ello debería tener envidia de la sensibilidad gracias a la cual esos sucesos parecen tan interesantes en su descripción.

(...) lo que tenemos y lo que representamos son aspectos muy secundarios frente a lo que somos (...)"

[REGLA NÚMERO 38]

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